“Retratos de ayer, homenaje a Fernando Paillet y a los inmigrantes belgas en Argentina, en el año del Bicentenario”. La embajadora belga Cristina Funes-Noppen y Mariano Botas (vicepresidente de Cervecería y Maltería Quilmes)


















La embajadora belga Cristina Funes-Noppen y Mariano Botas (vicepresidente de Cervecería y Maltería Quilmes)

En el marco de la exposición “Retratos de ayer, homenaje a Fernando Paillet y a los inmigrantes belgas en Argentina, en el año del Bicentenario” se realizó este martes, en el auditorio del Senado de la Nación, una mesa de reflexión sobre la integración de la economías argentina y belga con destacados panelistas invitados del mundo empresario binacional.

Ellos fueron Tom Ceuppens (Jan de Nul-Hidrovía); Eric Van Grieken (Praxis South America); Bruno Barbier (Biograins, Absis Consulting y Gapp Semillas); Elisa Gordyn (Delanta SA); Fernando Markus (De Smet Ballestra), Wouter Van Landegem (Valija Chica); Bram Heysn (KBT) y Peter De Bruyn (ONG).

La embajadora belga Cristina Funes-Noppen afirmó que a pesar de que no existen cifras precisas sobre la primera inmigración belga en 1830, existen un millón de argentinos que tienen algún antepasado belga y actualmente hay 97 inversiones activas de ese orígen en nuestro país. También agregó que, juntos, “argentinos y belgas hemos hecho cosas muy importantes y debemos difundirlas”.

Posteriormente Joris Steverlynck habló sobre el exitoso caso de “Villa Flandria”, la hilandería modelo instalada por su padre belga y que originó elpueblo homónimo, tras lo cual comenzó el debate, donde se resaltaron las características del empresariado belga.

Para el emprendedor Wouter Van Landegem, de Valija Chica (regalos de experiencia) “es una ventaja ser belga en un emprendimiento de este tipo, de carácter novedoso, porque por mi origen le da más seriedad frente a los empresarios locales”.

Tom Ceuppens, de Jan De Nul, la empresa de dragado más grande del mundo, destacó la contribución de la empresa en el dragado de la Hidrovía, que permite el acceso de buques de gran calado –hasta 32 pies- que llegan al polo productivo que se encuentra sobre la ribera del río Paraná, a la altura de Rosario.

Elisa Gordyn (Delanta S.A., Delanta Solar, Maschine-Tec Argentina SA,Surcell SA y Oil Field Suppliers SA) sostuvo que el éxito y crecimiento de sus empresas se ha debido a la calidad del producto y el buen servicio, que cumple en tiempo y forma con lo que los clientes requieren, dos virtudes –calidad y servicio- que representan la cultura belga en el mundo.

Bruno Barbier (Biograins, Absis Consulting y Gapp Semillas) señaló que la Argentina tiene una ventaja comparativa en el sector agroindustrial, “lo que hace que las perspectivas para el país sean excelentes, gracias también a la calidad humana de los trabajadores”. Según Barbier, “el nivel de la educación, y las ganas de aprender y de avanzar, son grandes cualidades de los argentinos que en pocos países se ven”.

Fernando Markus, de De Smet, puso de relieve que su compañía construyó en la Argentina la planta de aceite más grande del mundo en 2006 , “lo que significa el procesamiento de 15 mil toneladas por dia de poroto de soja, lo que requiere el transporte de 700 camiones diarios para abastecer de materia prima y, posteriormente, grandes buques para trasladar la harina de soja y el aceite a los principales mercados del mundo”.

Al concluir el debate, el Senado de la Nación entregó un diploma a los empresarios participantes por su aporte a la integración cultural argentino-belga.
12 de Agosto de 2010