Museo de Humor Grafico Diogenes Taborda


El Museo de Humor Grafico y Escrito Diogenes Taborda fue creado el día 21 de septiembre del año 2.003 por la Fundación Cultural Volpe Stessens , con el objeto de organizar regularmente exposiciones temporales, individuales o colectivas en museos, centros culturales, universidades, colegios, de todos los países del mundo que estén interesados en conocer el arte del humor grafico Internacional.
El museo Diogenes cuenta con una estructura de personal capacitado para cumplir y desarrollar las metas y objetivos definidos en su misión, además de conocer las leyes que protegen el patrimonio nacional, las recomendaciones nacionales e internacionales sobre la protección de bienes culturales, tanto muebles como inmuebles, las reglas éticas de ejercicio profesional, así como la responsabilidad que ello significa , el Museo cuenta con diversos equipos de asesoramiento, integrados por personas destacadas en el ámbito cultural y empresarial. Su director actual Jorge Omar Volpe Stessens es el responsable de la promoción, coordinación, y ejecución de los planes y programas del Museo y donde este año toma un nuevo impulso creativo, realizando una serie de exposiciones temáticas en su sede y una serie de exposiciones itinerantes en diferentes espacios culturales.
La colección del museo, va en permanente crecimiento, gracias a las nuevas donación efectuada año a año por los artistas participantes del concursos premio Internacional Diogenes Taborda que organiza anualmente la Fundación Cultural Volpe Stessens y de la donación de obras de instituciones, artistas y particulares, tanto de la Argentina como del resto del mundo.



DIOGENES TABORDA
Llego de Concordia, Entre Ríos en el año 1911. Componían su equipaje unos cartones trabajosamente dibujados y unas ansias inmensas de triunfar.
Dos ojos vivaces iluminaban su rostro cetrino, que decían a las claras de su afán. Aquel muchacho entrerriano, de físico esmirriado y comunicativa simpatía se llamaba Diógenes Taborda. Pronto comenzaron a esfumarse sus sueños, tras el peregrinaje obligado en las redacciones de diarios y revistas, que se cerraban a su paso, tras una sonrisa irónica, con aquello de "no tenemos espacio por ahora" y otros pretextos por el estilo, que encubrían en realidad, el rechazo a sus dibujos.
La peña de los consagrados de la época, Juan Carlos Alonso(luego director de "Caras y Caretas"), Alejandro Sirio, que incursionaba con acierto en el dibujo humorístico, el conocido ilustrador chileno Málaga Grenet y don Mario Zavattaro, entre otros, alentaron al "mono"Taborda, en los difíciles momentos iniciales. Este, con esa bonhomía que nunca lo abandonara intuía su triunfo. Mientras tanto, observaba el ambiente porteño, pulsando sus inquietudes, adentrándose en sus modismos y costumbres.
La ansiada oportunidad llegó cierta tarde, al establecer contacto con don Natalio Botana, director de "Critica". Periodista sagaz, percibió cabalmente el talento de Taborda. Y desde entonces, fueron indisolubles, el humorismo del "mono" Taborda y el creciente arraigo de "Crítica". No se concebía al diario sin los dibujos del gran satírico; tanto se habían identificado los lectores con su arte pintoresco y popular, fruto de la observación directa, sin maldad, ocurrente, frecuentemente intencionado en un gesto o una actitud, como también los sucesos de palpitante actualidad, tanto nacional como extranjera. Al respecto, recordamos que una caricatura de Taborda, aludía a la situación militar de un país amigo. Su publicación provocó un serio incidente internacional, felizmente conjurado, gracias a la activa intervención de nuestra cancillería.
El encumbramiento artístico de Taborda, no modificó su vivir de bohemio impenitente, toda bondad y desinterés. No había festival o acto benéfico que no contara con su presencia. En uno de ellos, por rara casualidad,-quizás por primera vez en su vida-.Taborda llegó a la hora convenida. Nadie lo aguardaba tan temprano. Su premura por llegar, le había impedido cenar. Luego de la función, se sirvió una copa de cerveza, que el popular dibujante ni probo. Y cuando la concurrencia gritó: "¡Que brinde Taborda! ¡hable!"- el "mono", se levantó imperturbable y exclamó ante el asombro general: -No…. ¡Que coma!.....
Otro rasgo saliente, era su gracia por dibujar los diferentes tipos de nacionalidades, tal como los veía en el público: "el italiano", "el ingles", "el judío", "el turco", "el alemán". Fue el primer maestro que tuvo el notable creador de "Paturuzu", Dante Quinterno y también de García Ramos, conocido actor teatral y cinematográfico. Aficionado al "turf", supo describir acertadamente, con su travieso lápiz, el mundillo que se agita dentro del popular deporte, con gracia e ironía insuperables, que incitaban a la carcajada ruidosa y espontánea. Así nacieron sus famosas "Hípicas".

Pero la vida del "mono" Taborda, generosamente prodigada en noches de bohemia, se tronchó en plena juventud, en la provincia de Mendoza, el 3 de junio de 1926, victima de una larga y penosa dolencia.

Todo Buenos Aires lloró a su ídolo y la ciudad que él conquistara tras ardua lucha con la gracia cotidiana de su ingenio, testimonió su gratitud, en una calle que lleva su nombre, a la altura de Caseros al 3.400, en el barrio de Parque Patricios que, como tantos otros barrios porteños, fue fielmente reflejado en los dibujos de Taborda, que puede señalarse, pese a lo simple de su técnica, como uno de los maestros del humorismo gráfico argentino.