Homenaje a la 1° Exposición Argentina de Minería e Industrias Afines en el Dia Internacional de los Museos. Museo Minero Mumin . Museo Fernando Paillet

MUSEO MEMORIA ICOM 2011




















En el marco de la XXXIII edición del Día Internacional de los Museos a iniciativa del ICOM INTERNACIONAL, este año con el lema” Museos y Memoria”, el Museo Minero Mumin en colaboración con el Museo de Fotografia Fernando Paillet rinde su homenaje a la “Primera exposición argentina de Minería e Industrias Afines 1944”, inspirada por el entonces Vicepresidente de la Nación Juan Domingo Perón y diseñada por el arquitecto y ex intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires , Arq. Jorge Sabaté.

En la exposición usted disfrutara de las fotografías tomadas de la exposición Minera por el fotógrafo español Manuel Gómez Piñero y técnicas mixtas alusivas del artista argentino José Montero Lacasa.

“hay que crear una conciencia Minera, eso facilitara nuestra independencia económica” Juan Domingo Perón 1944. La exposicion puede visitarse hasta el 11 de Julio de 2011 en sede Museo Minero – Mumin, Julio A. Roca 651. C.A.B.A.

Obras expuestas:

Museo de Bellas Artes. Automóvil Club Argentino. Correos y Telecomunicaciones .Corporación de Transportes de la ciudad de Buenos Aires. Ferrocarriles del estado. Obras Sanitarias de La Nación. Museo argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Secretaría de Industria y Comercio. Dirección de Minas, Geología é Hidrogeología. Dirección de Minas, Geología é Hidrogeología. Dirección de Minas, Geología é Hidrogeología. Yacimientos Petrolíferos Fiscales. B) Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Ministerio de la Marina. Administración General de Vialidad Nacional. Dirección General de Fabricaciones Militares. Dirección. General de Fabricaciones Militares. Ministerio de Agricultura de la Nación. Provincia de Buenos Aires. Provincia de Catamarca. Provincia de Córdoba. Provincia de Corrientes. Provincia de Entre Ríos. Provincia de Jujuy. Provincia de La Rioja. Provincia de Mendoza. Provincia de Salta. Provincia de Santa Fé. Provincia de San Juan. Provincia de San Luis. Provincia de Santiago del Estero. Provincia de Tucumán. Gobernaciones del Chaco y Formosa. Gobernación del Chubut. Gobernación de La Pampa. Gobernación de Misiones. Gobernación de Neuquén. Gobernación de Río Negro. Gobernación de Santa Cruz. Gobernación de Tierra del Fuego. La pacha mama – Vista del frente. La pacha mama – Vista del frente. Teatro de la exposición. Decoración Alegórica de la Pacha Mama. Cascada y lavadero de oro. Vista de maquinas Perforadoras. Dirección de Minas – Geología e Hidrología- Vista lateral. Interior de una mina



Visitas escolares: Invitamos a los educadores, alumnos y grupos especiales de todos los niveles a participar en esta exposición organizando visitas grupales. Niveles de educación inicial, primaria, secundaria y superior.

Sobre la exposición:

Arq. Jorge Sabaté, director general, planos y proyectos de la exposición de minería e industrias afines, Diciembre 1944

Jorge Sabaté (1897 - 1991) fue un arquitecto e intendente de la Ciudad de Buenos Aires (1952-1954) durante la primera parte de la segunda presidencia de Juan Domingo Perón. Nació en Buenos Aires en 1897, descendiente de españoles de Lérida dedicados a la construcción, que en la capital argentina estuvieron a cargo, por ejemplo, de la Iglesia Regina Martyrum en la calle Hipólito Irigoyen 2005 y la sede de las Hermanas Adoratrices en Paraguay 1419. Los Sabaté llegaron a construirse su propia casa en la calle Hipólito Irigoyen 2038.

Jorge Sabaté estudió en la Facultad de Ciencias Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, ya que en esa época la carrera de arquitectura se cursaba allí, y se recibió en 1921. En un primer término trabajó asociado con Alfredo Williams, pero rápidamente se abrió por su cuenta. Sus primeras obras se mantuvieron dentro de los estilos que convivieron en su ciudad en aquella década: el academicismo francés, el neocolonial, el art déco y su transición hacia el racionalismo. En 1928 entró a trabajar en Ferrocarriles del Estado como proyectista, diseñando barrios ferroviarios, construcciones en las estaciones, talleres y escuelas. Aunque dejó el puesto en 1930, gracias a él logró su primer gran obra, la sede en Buenos Aires del sindicato ferroviario La Fraternidad, que proyectó en 1931 y se encuentra en la calle Hipólito Irigoyen 1934. En este edificio de imponente estilo art déco, con murales y estatuas, funciona en la actualidad el Teatro Empire. También sería luego proyectista del sanatorio de La Fraternidad.

Además de ejercer la docencia, la Sociedad Central de Arquitectos lo envió a los Estados Unidos durante 1938 para estudiar los diseños de diversas ciudades universitarias, con el objetivo de proyectar la de Buenos Aires. También propuso una ubicación para el futuro Aeropuerto Metropolitano en una isla artificial sobre el Río de la Plata.

En 1940 se construyó su diseño racionalista de edificio de viviendas en la Avenida Canning 2910 (hoy Raúl Scalabrini Ortiz), que le valió el 2º Premio Municipal a la Mejor Fachada al año siguiente.

En 1943, proyectó el edificio temporal donde se desarrolló la primera Feria del Libro Argentino, extendido sobre la aún joven y corta Avenida 9 de Julio. Este hecho y su trabajo como director General de Planos de la Primera Exposición Argentina de Ingeniería e Industrias Afines resultó el trampolín que catapultó a Sabaté dentro del Estado, ya que al año siguiente se lo llamaría para proyectar la sede del festejo del primer aniversario de la Revolución del 43. Allí tendría su primer contacto con Juan Domingo Perón y su esposa Evita.

Cuando Perón accedió a la presidencia, lo mantuvo como arquitecto de confianza al cual le encargó proyectos para el Estado como hoteles, ferias, sedes de exposiciones y un parque en la ciudad de Rosario (Santa Fe).

En 1952 fue nombrado Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, y bajo su gestión se inauguraron el Autódromo 17 de octubre (1952), el anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario (1953) y la exposición Argentina en Marcha, cuyo edificio temporal dispuesto sobre la primera cuadra de la calle Perú fue proyectado por Sabaté. Se elaboró un Plan de Obras Municipales, dentro del cual se inició el proyecto para el Teatro Municipal General San Martín, que se terminaría recién en 1960. Sabaté fue sucedido en su cargo por Juan Debenedetti, y el derrocamiento y exilio de Perón en 1955 por parte de la autoproclamada Revolución Libertadora significó un duro golpe para su carrera, proyectando pocos edificios en las siguientes décadas. Murió en 1991. (En el año 2009, el Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana (CEDODAL), en colaboración con la Presidencia de la Nación, editó el libro Jorge Sabaté. Arquitectura para la justicia social, el primer homenaje a este hombre.

José Montero Lacasa:
Artista al servicio de la tradición, José Montero Lacasa nació en Buenos Aires en 1893, autodidacta, después de cursar el bachillerato, se dedico a las tareas rurales, actividad que le permitió conocer en profundidad el paisaje, el hombre con su vida y costumbres. Se especializo en los dibujos sobre cartulina enyesada, técnica consistente en manchar totalmente la cartulina con tinta china, perfilando las siluetas con el buril y raspando mediante el trimel las áreas blancas de la escena. Realizo miles de ilustraciones en revistas y periódicos del país y del extranjero; ilustro libros; realizo una serie de láminas relativas a varias zonas del país que publico en revistas con el titulo de Estampas Argentinas. Montero Lacasa colaboró en “La Revista Popular”, “La Prensa”, “Caras y Caretas”, “El Hogar”, “Mundo Argentino”, etc. Se halla representado en el Museo Nacional de Bellas Artes, en el Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sivori; en el Museo Histórico de Lujan; en el Gauchesco de San Antonio de Areco; y en diversas colecciones e instituciones nacionales y privadas. Falleció el 3 de febrero de 1957 en Morón (Pcia. de Buenos Aires) –de cuyo escudo municipal ha sido creador– en 1957. En la plaza 20 de Febrero, en Ituzaingo, se encuentra un busto del plástico local José Montero Lacasa realizado por el artista Juan Superville.

Manuel Gómez Piñeiro y la fotografía de arquitectura moderna
Desde su invención, como medio de representación gráfica de la realidad, la Fotografía encontró en la Arquitectura su mejor aliada. Los edificios, por sus condiciones tectónicas, estáticas y formales, constituyeron el “modelo” más acabado y pudieron transformarse en “noticia” gracias a las imágenes fotográficas. Esta sincronía que se produce entre ambas disciplinas, el inicio de la década del 30 y en aquella fábrica de la modernidad que fue la Bauhaus liderada por Walter Gropius, conformaron un hito histórico que cambió no sólo el modo de entender la Arquitectura, sino también el de mostrarla. La exploración de materiales y formas, y los avances técnicos en la reproducción de imágenes, consolidaron desde la sede alemana las herramientas válidas que rigieron el Movimiento Moderno. Desde allí y hacia el mundo, tanto la Fotografía como la Arquitectura, invadieron esferas impensadas hasta ese entonces y fueron capaces de provocar debates que hasta hoy ocupan nuestros ámbitos de discusión. En las aulas de Weimar se consolidó el hecho de que “apreciar el espacio era comprender una nueva cultura espacial” y en este postulado se apoyaron los caminos de la Nueva Fotografía guiados por Lazlo Moholy-Nagy en el discurso ideológico y por Alexander Radchenko en los aspectos prácticos. Las enseñanzas de Moholy-Nagy colocaron entonces a la Fotografía como el casi único y válido “instrumento teórico y plástico para pensar y representar el espacio” fomentando así el alejamiento del Pictorialismo y acentuando los objetivos en una modernidad tanto gráfica como constructiva, purista en sus formas y también en funcionalidad. Por supuesto, los avances tecnológicos fotográficos también estaban de su lado: desde 1928, la Rollei había instalado en el mercado su modelo Rolleiflex 3.8 y apenas dos años después, la fábrica Ilford desarrollaba el film Panchromatic liderando la plaza de la producción de fotos. De tal manera que la coyuntura técnica, social y profesional que originó al Movimiento Moderno, permitió todas las posibilidades para que esta Arquitectura fuera exportada al mundo gracias a la Fotografía como uno –sino el más- veloz de sus vehículos de difusión. Un rol fundamental, plasmando la teoría y la imagen, lo ocuparon las publicaciones de Arquitectura. Basta repasar las páginas de la revista alemana Werkbund desde la cual la nueva objetividad fotográfica incluía análisis críticos e imágenes de superficies puras de los nuevos diseños y de sus detalles; o las de Architectural Review, cuando por ejemplo, en 1934 el crítico del Movimiento Moderno, Philip Morton Shand, vinculado a Gropius, Aalto y Moholy-Nagy, editaba el artículo “Nuevos Ojos para lo viejo” en el que – además de elogiar el trabajo de este último- remarcaba la relación entre la Nueva Arquitectura y la Nueva Fotografía al expresar “los dos campos en los que el espíritu de nuestra época han logrado manifestarse de una manera definitiva, son la fotografía y la arquitectura… (pues)… la misma ornamentación que cambió la fotografía arquitectónica, revolucionó la crítica arquitectónica.” Todos los medios de difusión se acogieron a este nuevo modo de entender los lineamientos de la Arquitectura Moderna a través de la Fotografía y especial interés revistió la exposición “The Internacional Style”, realizada en el MOMA de Nueva York en 1935, sobre todo al proponer imágenes de la moderna arquitectura con obras de Frank Lloyd Wright, Phillip Jhonson y Louis Sullivan entre otros, acompañadas de fotografías obtenidas por Even Van Ojen, Jan Kamman, Piet Zwart o la Compañía Arquitectónica Fotográfica de Chicago.

En coincidencia con los lineamientos de la modernidad arquitectónica y fotográfica, iniciaba sus primeras producciones Julius Shulman, un fotógrafo del sur de California que en 1936 retratara las obras de Richard Neutra. Desde entonces, se ha dedicado a plasmar con imágenes la arquitectura desarrollada en Estados Unidos por profesionales como Schindler, Lautner y Frank Lloyd Wright, entre otros. Casi contemporáneamente y al sur del continente, los postulados en materia de diseño lograron adaptarse a un contexto diferente y también reflejarse en la casi sistemática fotografía monocromática de ese estilo internacional impuesto con volúmenes puros, balcones rectos y planos aterrazados.



Juan Di Sandro, en los inicios, y luego Horacio Coppola y Manuel Gómez Piñeiro en Buenos Aires, como César J. Loustau en Uruguay, tuvieron desde sus lentes el privilegio de mostrarnos en imágenes la arquitectura internacional en el ámbito rioplatense. Di Sandro combinó su trabajo habitual como reportero gráfico del diario La Nación con nuevas propuestas de una Buenos Aires que cambiaba aceleradamente empleando tomas centrales, ángulos inusuales y grandes contrastes de luz. Por su parte, Horacio Coppola quien había participado de las enseñanzas de algunos talleres de fotografía impartidos en la Bauhaus, dio a conocer sus primeras imágenes de la ciudad en el verano de 1932, cuando junto a su compañera de entonces Grete Stern, integraron la “Primera Exposición de Fotografía Moderna” mentada por Victoria Ocampo para la revista Sur. A partir de entonces y sumado a la formación y el personal interés que aún hoy mantiene Coppola con la Arquitectura, su producción de fotografías arquitectónicas lo vinculó directamente con los profesionales que promovían el Movimiento Moderno en Argentina y entre sus clientes figuraron Antonio Bonet, Kurchan, Ferrari Hardoy, el grupo OAM, Amancio Williams o Wladimiro Acosta. A partir de su producción, generalmente teñida de una particular bohemia ambiental, Coppola supo mostrar la vanguardia del nuevo imaginario moderno local. Las fotografías del español radicado en Buenos Aires, Manuel Gómez Piñeiro, tampoco fueron ajenas a la tendencia que se percibía en los gustos estéticos del momento. Sus imágenes mantienen a lo largo de toda su trayectoria una precisión que lo acerca a los postulados de la modernidad en casi todos los escalafones: volúmenes despegados del terreno, planos puros, cortes rectos, enfoques directos y balance de contrastes en blanco y negro, están muy presentes en las fotografías de una arquitectura de aquella Buenos Aires moderna en la cual no dejó lugar sin documentar. Finalmente, con el trabajo de César Loustau en la ciudad de Montevideo y sus cercanías, la Fotografía de arquitectura moderna uruguaya encuentra su fortalecimiento. En las imágenes de Loustau existe una complicidad latente entre la Arquitectura de su formación profesional y la Fotografía de su aprendizaje personal, al punto que sus objetivos captan desde ángulos muy particulares, tanto la integridad de esa arquitectura como sus detalles más significativos.

Sin lugar a dudas con las imágenes de cualquiera de estos autores, dueñas de una calidad técnica insoslayable, es posible entender aún más aquello de que la Fotografía como representación construye significados que no sólo enmarcaron el gusto estético de un momento, sino que hoy nos permiten encontrar en ellas el sentido histórico de una importante etapa de la Arquitectura y, por ende, resinificar así su valor simbólico. (La fotografía en la arquitectura moderna por Patricia Méndez)

Prensa Museo Paillet